jueves, 24 de noviembre de 2011

El cambio

Miré a través de los lentes ajenos y no vi nada
solo una imagen demasiado distorsionada
mejor cerrar los ojos, que siga la simulación
tan común, tan acostumbrada… fatua.
Miles de años de lenguaje humano no han producido palabra que exprese el miedo tan grande que se apodera de nosotros cuando estamos a punto de cambiar
Aun paralizados pero ahí, a casi nada de dar el paso, “ese paso”  cuando se sienten los temores como una punzada de metal derretido en el vientre
un balazo de aire en la cabeza
un cañonazo en el corazón
Ni el viento más frío ni el frío más infernal se le comparan
Es la soledad abrupta
Es la consciencia hiriente
la grosera certeza
La sangre se coagula y deja de viajar
los poros se cierran y hasta el cabello pesa
más que el desamor y la rabia
La piel se congela y cuando destella azulada las alas se rehúsan a salir
Los ojos suben, escalando nubes, y se voltean hacia el cerebro escudriñando
desenmarañando
flagelando
y todo este martirio para no ver nada pues justo entonces
nuestro inconsciente nos amarra en los ojos un velo
firme, atemorizante…

La pereza del último esfuerzo fluye ondulante, inmisericorde
y nos rodea ya en el borde, ya ahí donde todo se simplifica y se entrelaza,
se aclara y se complica
nada ha sido tan sencillo y tan difícil jamás
La respuesta te golpea en la cara pero se está muy débil para actuar
y cuando no, erramos… pecamos… retrocedemos
y la santidad que nos caracterizaba, esa ridícula beatitud
se esfuma como la inocencia en plena pubertad
como la ingenuidad en la calle y entonces
todo nos es arrebatado y solo queda el orgullo
o una falsa esperanza tan antiguamente arraigada, rancia,
que produce una molestia disfrazada de hartazgo añejo.
Las palabras justas y necesarias se atoran en la boca
y empujan los dientes hacia adelante
produciendo un dolor indescriptible pero que nada se compara
con las exageradas expectativas,
tan inverosímiles como real es la transformación que está a punto de suceder
y cuando se le pone nombre a todo esto,
cuando se racionaliza lo que nos pasa
la voluntad se evapora y es ahí,
justo ahí cuando…

La verdad, no sé qué pasa después.

lunes, 3 de octubre de 2011

LAS REGLAS DEL JUEGO

    
(Vi veri veniversum vivus vici)


Piense usted en nadie más que en usted mismo y tenga por bandera el egoísmo
Haga sólo lo que tenga que hacer y no se salga de lo establecido
Confórmese con su sueldo y con la situación del país y por regla general -y para evitar problemas- mantenga la boca cerrada
No le hable usted ni a sus vecinos de no ser necesario y mejor ni se preocupe por cosas que no le incumben, las desgracias suceden y eso es un hecho que hay que aceptar (si alguien repite su desgracia es porque no halla la resignación y por esa gente no queda más que rezar…)
Estudie únicamente una carrera que le permita ganar dinero y si no, aprenda un oficio honrado y lucrativo
Créase absolutamente todo lo que diga la televisión y vea todas las telenovelas
Crea en la religión más popular de la nación y tome la palabra de los líderes de ésta como una ley incuestionable
Cásese y forme una familia a una edad aceptable, por favor
Encuentre un trabajo que le dé “lo suficiente” y aférrese a él, no se queje
Vístase a la moda y nada de aretitos, mucho menos tatuajes, recuerde que “eso” es de delincuentes
Pero sobre todo recuerde, no haga absolutamente nada para que las cosas cambien
Deje usted las riendas del país en las manos de los poderosos y confíe en ellos
Si están ahí sin duda saben lo que hacen
Además, quién es usted para si quiera atreverse a cuestionar, no se le olvide
En este mundo hay niveles y hay que tener muy en cuenta a qué lugar pertenece uno y donde se está parado
Que las cosas no van bien, que deberían mejorar no haga caso, esos son solo patadas de ahogado, lemas de burdos facinerosos (no olvidemos que revoltosos siempre habrá pero su fracaso radica en que usted siga al pie de la letra estos simples consejos que sólo existen para su comodidad y tranquilidad, recuerde eso)

Soñar es un lujo que sólo la gente ingenua puede permitirse y usted ahora sabe la verdad, para qué perder el tiempo…
El orden de las cosas es factible única y exclusivamente bajo estas circunstancias
y si algo sale mal es culpa de un ente ajeno, recuerde………

Y si falla al acatar alguno de estos puntos es bajo su propia responsabilidad, recuerde, puede llegar a obtener contagiarse de criterio y libre albedrío, dos enfermedades incurables causantes de cerebros deformes capaces de pensar libremente, dudar, cuestionar pero sobre todo de EXIGIR (además de efectos secundarios como rechazo de la sociedad y proximidad con otros seres indeseables.)

Que conste que fue avisado…



miércoles, 2 de febrero de 2011

YA ME CANSE DE ESCRIBIR DE AMOR

Ya me cansé de escribir de amor
escribiré mejor de planetas desconocidos, de perros con tres patas o
de uñas encarnadas en señoras amargadas.

Ya me cansé de escribir de amor
escribiré mejor de organizaciones no gubernamentales,
de despertadores descompuestos o de tatuajes mal hechos.

Ya me cansé de escribir de amor
escribiré mejor de reuniones de negocios infructuosas,
de fundas de plástico para lavadoras o de fiestas de graduación.

Ya me cansé de escribir de amor
escribiré mejor sobre la tala clandestina o de los feminicidios en Juárez,
de la corrupción del gobierno, de las maquiladoras explotadoras,
de policías sin escrúpulos, de prostitutas violadas,
de países en guerra, de la epidemia del SIDA,
de la economía colapsada, de los regímenes opresores,
del aumento de suicidios en jóvenes, de presidentes vendidos…

Escribiré mejor de la censura en el país,
de las matanzas en supermercados,
de ataques terroristas,
de este sistema que asfixia,
de esta soledad a la alza,
de este mundo que nos escupe,
de este Universo que se contrae…

Ya me cansé de escribir de amor
pero escriba de lo que escriba
nunca me voy a cansar de escribir.